EL GRUÑÓN

Un nuevo vecino se ha instalado en la casa que dejó el mapache. En su buzón pone "Gruñón" y por ahora apenas se le ha visitado. Cascabel, que vive justo al lado, decide ir a hacerle una visita para presentarse. La acogida no es muy cálida que se diga... El nuevo vecino no está acostumbrado a recibir visitas, ya que no tiene amigos. "¡Practicaremos! - decreta Cascaebel-. Y tendrás un montón de amigos".

Lo cierto es que Gruñón no ve qué interés tiene hacer amigos, pero Cascabel no se desanima con facilidad. Es verdad que a Gruñón no le gustan las mismas cosas que al resto de los habitantes de la zona: se pirra por los baños de barro, cavar agujeros, el pescado podrido... ¿Significa eso que no pueden ser amigos? ¿Conseguirá el optimismo de Cascabel romper la negatividad de Gruñón?